miércoles, 15 de febrero de 2006

El Amo y el Señor

Bueno, por primera vez presento un cuento que nada tiene de acertijo. Es incluso un cuento algo extraño (o así es para mí), no es para nada realista, pero creo que tiene cierto "gustito", también es un poco cíclico. Espero que les guste tanto como me gusta a mí.

El Amo y el Señor

Se revolcó entre las hierbas el cuerpo magullado de la bestia arcana. Azotada desde el infinito por su maligno Amo, sufría y agonizaba, deseosa de morir. Hasta que el destino llevó a la puerta de su prisión milenaria un retazo de tela azul. En él unas palabras rojas bailaban con increíble gracia, y su color vacilaba levemente en los movimientos más audaces. Con su danza creaban imágenes en la mente de la criatura que observaba, atenta, todo movimiento y todo detalle. Eran imágenes maravillosas de libertad y paz, creadas como solo la literatura puede crear.
Así conoció la libertad la bestia, y así aprendió a desearla, a quererla y a soñarla. Gracias a ello olvidó a la muerte, y con aquel olvido voluntario creció en ella el deseo de rebelión. Creció una ira incontrolable hacia su captor eterno, que la había privado de todas las maravillas que el mundo ofrecía.
La furia aumentaba a cada azote, a cada tormento y a cada segundo de cautiverio. Un círculo se había creado. A cada enojo correspondía un golpe y a cada golpe un enojo.
Entonces, el enojo se convirtió en furia, la furia en ira y la ira en cólera. La insolente bestia se reveló contra su Amo y Señor. La noble criatura, harta de morir , poco a poco; ejecutada todos los días por el verdugo que la apresaba, deseó la libertad más que cualquier otra cosa.
Y fiera la bestia devoró sus cadenas, e incendió con el flamante deseo aquella cárcel que la había retenido los infinitos tiempo pasados. Se elevó hacia los cielos nublados y cara a cara se vió con su mutilador. Cicatriz por cicatriz igualó su condición y la bestia, vencedora, encarceló al perdedor.
Lo despojó de sus ropas azules de criatura libre y las rompió en millones de pedazos que volaron con el viento. En forma de recompensa, los cielos ,ahora azules, le tejieron aquellas ropas especiales.
La bestia aceptó el regalo, pero se negó a perdonar a su antiguo captor. Enceguecida por la venganza silenció a los cielos y los tapó con nubes, para nunca más escuchar la palabra "perdón". Tomó las armas que habían sido de su actual esclavo, y lo azotó por todos los tiempos.
Se había convertido en el Amo y el Señor.

1 comentario:

  1. Hola pollo!!! Bueno lei tu cuento y la verdad que te pregunte si lo habias escrito vos porque es muy bueno para alguien de tu edad, no sabia que escribias tan bien!!! Realmente me parece que tenes un gran futuro como escritor, segui haciendolo!!! Bueno pasaba a firmarte como te prometi, los acertijos los leo otro dia porque son re largos y tengo mucho sueño. Un beso, suerte, chau!!!


    Delfi.

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